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  • Foto del escritorMara rO

El acosador, maltratador, violador eres tú

Como quizá ya sepáis llevo días reflexionando sobre la película Una Joven Prometedora que os recomiendo muchísimo. Y tan solo ha hecho que me reitere en mis ideas sobre la urgencia de cambiar el foco cuando hablamos de violencia machista.


Si observáis como se habla y escribe sobre nosotras las víctimas de violencia machista, como se desarrollan los debates, los titulares, las resoluciones de la justicia y la forma en la que nos hablan, atacan e insultan en redes.




Lo que vemos es una perpetuación desde lo abstracto de quién es víctima y por qué.

Mientras los maltratadores, acosadores y violadores son o "el coco", algo que no se corresponde con ninguno de los hombres que nos rodea, o cuando adquieren estatus de supuesto violador o maltratador o incluso cuando esto ha sido ya probado, es cuestionable. En cambio, nuestras razones como madres que huyen de ellos, son condenables de inmediato, censurables y reprobables. De hecho socialmente aún circula la ofensiva pregunta de "¿Puede un maltratador ser un buen padre?" porque en patriarcado por definición, los derechos del hombre a la paternidad están por encima de todo siempre, siempre y cuando, eso sí, decida responsabilizarse, porque también tiene el privilegio a entrar y salir de esa responsabilidad según convenga, no lo olvidemos.

Los violadores y maltratadores para la sociedad bienpensante son una cosa abstracta, quizá alguien apostado tras un arbusto si una se equivoca de calle, claro. Un maltratador, violador o pedofilo es alguien que además y por supuesto puede excusarse siendo futbolista, cantante, escritor, pintor o simplemente, como se ha dicho en muchos juicios, un joven prometedor.


Así que yo creo que ha llegado la hora de mirar a los hombres, escucharles y ver que la gran mayoría (los "aliados" sabrán perdonarme en la generalización digo yo) no se descubren en su machismo recalcitrante, su misoginia explicita o su apoyo y defensa de la violación. Por ejemplo qué piensan de que un tercio de hombres estudiantes en el 2015 dijera que violaría si no estuviese penado, y bueno, no voy a recordar aquí cómo de poco penado está el tema.


Tampoco se miran así mismos como amigos de maltratadores y violadores o acosadores, ni siquiera entienden lo que representan para nosotras. Ni por qué el que nos griten, nos agarren, nos expliquen o critiquen no tiene un sentido neutral dentro de un sistema de opresión en el que ellos son el sexo que acosa, violenta, humilla y asesina. Y por lo que leo no parece que anden investigando, haciendo charlas y debates, yendo a cursos ni reflexionando sobre "¿Qué significa ser un violador?" o "¿Me he comportado alguna vez como un abusador?" no sé yo creo que a estas alturas incluso aceptaría algún congreso del tipo "¿Cómo evitar el maltrato en mis relaciones?" Aunque me hirviera la sangre al leerlo.

Pero de verdad cualquier cosa mejor que la persistencia de que esto que nos ocurre, este maltrato, estas 15 mujeres y un bebé muertos en los últimos 5 meses son cosa nuestra, cosa que tenemos que explicar, evitar, analizar, comentar, reivindicar y...


Después de todo eso, ese desgaste emocional y mental, después de que se nos vaya nuestro tiempo, que nunca es "libre", en decirle a nuestros opresores que nos dejen en paz. Viene el acoso por redes por tener la osadía de rechazar el sistema de pensamiento que nos quiere calladas y sometidas.

Esta semana, quienes nos hemos posicionado en defensa de Sindy Takanashi, Rocio Carrasco o Juana Rivas, es decir de nosotras mismas y nuestros derechos, hemos sufrido insultos y amenazas. He escuchado y leído las cosas más desagradables que se le puedan decir a cualquier persona, pero que tienen una carga especifíca por sexo, y se nos dicen a nosotras. He leído a hombres en twitter justificar que una mujer embarazada no debería tener opiniones, para luego llamarla cubo de leche (refiriéndose al semen) y dudar de la paternidad de su bebé por haber ejercido la prostitución en el pasado. Porque todo el mundo tiene derecho a un pasado imperfecto y un futuro prometedor a menos que seas mujer.


El acoso a Sindy fue instigado por un tipo ( sí tipo, porque después de escucharle no tengo otro apelativo mejor) al que desconozco desde Reino Unido, pero de quién me dicen que participa en programas de la misma cadena en la que se ha emitido el programa sobre Rocio Carrasco, y también por lo visto en otras, parece ser que está invitado al próximo Cuarto Milenio. Un hombre que practica la misoginia como si fuese un deporte e incita a escupir a una activista embarazada que se posiciona contra nuestra explotación.

Así que estos días ha habido ataques por doquier, y por diferentes temas, y he tenido la desgracia de leerles incluso justificar violaciones de niñas de trece años porque esa niña no tenía que haber andado con chicos a esa edad. Y por supuesto me han llamado zumbada, inútil, mala madre, fascista y un largo etcetera. Esta semana he bloqueado a muchos hombres también a quienes en mi circulo han resultado ser misóginos o maltratadores.



Y en esta locura, a mayor exposición de nuestro feminismo mayores insultos. Esta semana la periodista Ana Isabel Bernal Triviño compartía estos días en su Twitter una pequeña parte de lo que ha estado recibiendo durante toda la defensa feminista que ha ejercido de manera brillante en el programa Rocio, contar la verdad para seguir viva.





Por desgracia nada de esto es nuevo ya se denunció públicamente en el 2019. Y nosotras borramos y bloqueamos, al igual que llevamos una vida sorteando calles y miradas, eludiendo obscenidades, escapando de babosos, porque llevamos una vida perfeccionando nuestras habilidades en esquivar el acoso casi de manera inconsciente. Pero a España le cuesta entender que un señor de un programa sea un maltratador igual que en lo personal cuesta creer que nuestros padres, amigos, primos, jefes, médicos, etc...Sean quienes nos han abusado. Y la injusticia se extiende cimentada en ello. Por ejemplo por qué nadie arresta o limita a los de las pancartas en los juzgados, por promoción de la misoginia, que es incitación al odio, y quienes los llevan son parte de una organización dirigida por un maltratador, llamada cómo no Projusticia.




Estamos hartas, y tenemos todo el derecho a la rabia y la furia, así que para mí es importante que de una vez por todas dejemos claro que la cuestión es bien simple y yo ya no doy más explicaciones. Porque el posicionamiento es bien simple. Si estás contra el feminismo y nuestras reivindicaciones estás al lado y a favor de que se pisoteen nuestros derechos, de que se nos viole y mate. Es decir el feminismo es la única opción moralmente aceptable cuando hablamos de justicia.






Porque yo también era una joven prometedora antes de todos los acosos y abusos vividos desde que nací, culminados en una violación grupal. Porque no sé cómo hubiera sido la versión alternativa, de la mujer que a los 46 años aún tiene que ir a terapia y a la que le duele el cuerpo todos los días por vivir en defensa inconsciente permanente.

Todas somos mujeres prometedoras, y sí se nos acusa de buscar venganza mi respuesta es tengo todo el derecho del mundo, pero después de 4.000 años y tantas víctimas no hay venganza posible. Pero mi reloj tiene prisa porque la justicia llega con mucho retraso y lo único que ahora por fin sé es que nada ni nadie va a poder conmigo y ahora además soy madre, temedme, porque los acosadores, maltratadores y violadores sois vosotros. Y más de la mitad de la población lo sabe y nuestras redes son infinitas y poderosas, de ahi nuestra opresión y nuestro triunfo imperecedero. Somos las brujas, somos las madres, somos las independientes, somos las que no callan, somos las que te miramos de frente, somos incombustibles. Nos mataras una y mil veces y volveremos en olas, tsunamis, y gritos multitudinarios. Somos imparables y estamos por todas partes... y os vemos.














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